[Pasaje de un informe de un patrullero del río]
William Cotter, capitán de la nave mercantil Windover, informa de que el día 23 del mes de las redes su barco fue abordado por las Anguilas muertas, célebre banda de criminales conocida por sus actos de piratería, destrucción gratuita y contrabando. Antes de ser asaltado, el Windover se dirigía a Dunwall con un cargamento de medicinas, alimentos y bienes materiales de la ciudad de Driscol, al noreste de Gristol.
El capitán afirma que pasaban quince minutos de la medianoche cuando escuchó el sonido de alarma de la campana de popa. Como había niebla, lo primero que le vino a la mente fue que el barco iba a colisionar. Pero al salir de su camarote se encontró una escena horripilante; la mitad de la tripulación había sido degollada y la otra mitad estaba enzarzada en un fiero combate.
El capitán Cotter supuso que la Anguilas muertas habían nadado hasta el barco y usado ganchos de escalada para abordarlo, pero no sabía de dónde habían salido ni cómo habían llegado hasta allí.
Consciente de que no podrían vencerlos y de que las Anguilas muertas no hacen prisioneros, el capitán Cotter se escondió inmediatamente en el doble fondo de una caja de mercancía.
Le pregunté al capitán por qué necesitaba compartimentos secretos un mercader legal, pero no se acordaba dónde lo había adquirido y me aseguró que estaba vacío.
Escondido mientras masacraban a su tripulación, Cotter pudo ver el aspecto del líder de las Anguilas muertas, una violenta mujer llamada Lizzy Stride. Según el capitán, tenía los dientes afilados y andaba descalza por cubierta. Cotter, al que claramente el miedo hizo perder la razón, dice que también tenía los pies palmeados. Para confirmar mis sospechas, me di cuenta de que al capitán Cotter todavía le olía el aliento a brandy cuando la patrulla del río lo sacó del agua.
Lizzy Stride interrogó al primer oficial unos minutos; luego le arrancó la lengua de un mordisco y lo arrojó al río.
Finalmente, las Anguilas muertas encontraron las botellas de brandy King Street del capitán. Cotter aprovechó la ocasión y, mientras los piratas bebían, saltó por la borda sin que nadie lo viera.
Mi consejo es patrullar detenidamente la zona por si las Anguilas muertas han dejado alguna pista. Aunque hundieron el barco, quizá algunos de los restos sean útiles. También recomiendo que William Cotter sea desposeído de su cargo como capitán y de su licencia mercantil. Además, se abrirá una investigación contra él por contrabando en el Wrenhaven.
Oficial Manly Hotchkins, patrulla del Wrenhaven